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El Festival de San Sebastián fue el punto de encuentro entre Cine&Tele y la AA. El resultado es esta entrevista que desgrana la intensa actividad en proyectos vitales que ha desarrollado desde su creación esta Alianza de Profesionales del Audiovisual.

“Alianza Audiovisual ha conseguido ser la voz única de los profesionales del audiovisual”

En 2020, debido a la crítica situación derivada de la pandemia de COVID, el sector audiovisual se unió como nunca antes. La mayor expresión de esa voluntad fue el nacimiento de Alianza Audiovisual de Profesionales (AA), una federación estatal que los unifica por primera vez: montadores, técnicos, directores, documentalistas, sonidistas, compositores, directores de producción, directores de fotografía, fotógrafos, localizadores y un largo etc. Hemos entrevistado a sus presidentes, Luís Ivárs y María Salgado, para conocer lo que han logrado y en qué están trabajando actualmente.

Cine&Tele: Para quien no os conozca, ¿cómo nació Alianza Audiovisual? ¿Con qué vocación?

María Salgado: Nació a raíz de la pandemia. Cuando salieron las primeras ayudas de rescate, descubrimos que había mucha gente del audiovisual que no podía estar incluida en esas ayudas. Fue el germen.

Luís Ivárs: Exacto, ver que había una inmensa mayoría de los técnicos y profesionales del cine “no reconocida” en las ayudas sociales motivó una llamada a la unidad. Hubo personas como el director Benito Zambrano o la montadora Irene Blecua, que iniciaron esto desde sus presidencias en ACCION y AMAE.

La mecha prendió rápido y en apenas dos semanas ya estábamos todos trabajando muy duro para reivindicar al ministerio la inclusión de los profesionales del cine dentro de las ayudas COVID.

M.S.: De hecho, lo primero que hicimos fue un paquete de medidas urgentes que se envió al Ministerio de Cultura y que calaron rápido. Descubrimos que había mucha gente que no estaba incluida en esas ayudas porque no estaba dentro de los epígrafes adecuados y otras cuestiones que se están regulando ahora con el Estatuto del Artista.

L.I.: Peleamos mucho la creación de una mesa interministerial porque éramos conscientes de que Cultura es sólo una pequeña parte de toda la industria del cine (…) La industria reside en Trabajo, en Economía, en Hacienda, Seguridad Social… Todo esto se obviaba y estos ministerios nos olvidaban continuamente.

Creo que Alianza Audiovisual ha conseguido ser la voz única de los profesionales reconocida por las instituciones. Representa de forma transversal los intereses comunes de nuestro sector buscando soluciones a los problemas colectivos. No estamos tratando cuestiones particulares, que quedan en el terreno de cada asociación por respeto a su propio espacio.

C&T: ¿Cuántas asociaciones englobáis y en total a qué cifra aproximada de profesionales representáis?

M.S.: Somos 18 asociaciones y acabamos de incorporar a la AAPEE, asociación que reúne Directores de Arte, Vestuario y Maquillaje. Tres profesiones que completan el espectro de la AA. Aproximadamente, representamos al-rededor de 3.000 profesionales tanto técnicos como creadores.

C&T: ¿Cuáles son las prioridades más acuciantes?

M.S.: Estamos en la mesa interministerial del Estatuto del Artista trabajando en todos sus puntos con todos los ministerios. Hemos participado en todas las reuniones desde que se constituyó. Por ejemplo, lo último que hemos hecho es proponer un sistema de cotización de autónomos específico para la Cultura y definir los epígrafes del IAE, que hay gente que estaba en toreros…

C&T: Los epígrafes son un desastre…

L.I.: Hemos conseguido que Hacienda descubra que existe una gran variedad de profesiones en el audiovisual que ni siquiera imaginaban, aunque parecen reacios a incorporarlas con precisión.

M.S.: Es una tarea ardua y lenta pero se tiene que aprobar todo a finales de este año (…) También está el tratamiento de nuestra intermitencia laboral, eje vertebrador del estatuto. En cuanto a la Ley del Cine, hemos presentado alegaciones y estamos trabajando en los puntos débiles, ver dónde se puede mejorar… Hoy hemos tenido una reunión sobre implementar las ayudas de escritura y desarrollo que llevan paralizadas desde el año 2011.

L.I.: También nos preocupa el terreno de la propiedad intelectual. Estamos sufriendo la lacra de los contratos buyout de todas las plataformas tipo Netflix, HBO, Amazon, etc, que te despojan de todo derecho autoral y moral, y lo estamos tratando a nivel europeo.

Es un choque del sistema americano con el sistema europeo de derecho, por lo que nos parece vital reivindicarlo. Todos los creadores están sufriendo contratos buyout y se está perdiendo el valor económico del talento, que está volando a EE.UU. en lugar de permanecer en España. Esa pérdida de valor no se puede dar. También hemos tratado el tema con la federación de productores, que igualmente han sufrido la pérdida de propiedad intelectual.

M.S.: Otro tema muy importante es la educación, es decir, la democratización del cine a través de la enseñanza en el cine. Hemos hecho una propuesta a Educación para la creación de las enseñanzas artísticas superiores audiovisuales, que no existen a nivel público.

Tenemos un sistema de enseñanza muy generalista. La formación en dirección, dirección de arte, composición musical para AV o guión no existe como enseñanza pública. Tienes que irte a la escuela privada con lo cual no todo el mundo tiene acceso. La parte técnica está más arreglada en la FP, aunque también nos ha pedido el Ministerio de Educación que regulemos todas las calificaciones y las revisemos.

C&T: En varias de esas profesiones la presencia femenina es escasa, quizás esta labor pedagógica puede ayudar también a que las chicas jóvenes conozcan mejor esos referentes…

M.S.: Nosotros creemos que desde la educación podemos conseguir con mayor eficiencia la igualdad de género. Es importante que las chicas en periodo de formación conozcan las diversas opciones para poder sentirse atraídas por ellas.

L.I.: La imposición actual de paridad 50/50 en las ayudas a la cinematografía está creando distorsiones absolutamente claras en profesiones como el sonido o la composición. Si solo hay entre 10% a 20% de profesionales mujeres en estas categorías, no vas a conseguir un 50% por exigencia.

Vayamos primero a la educación para atraer y formar más mujeres, busquemos otros modelos de desarrollo para encontrar la igualdad de una manera más equilibrada.

M.S.: Si no, estamos empezando la casa por el tejado.

C&T: Estamos viviendo un boom de producción audiovisual gracias al auge de las plataformas, principalmente. Esto ha redundado en que el paro en el sector se ha reducido muchísimo, lo cual es una grata noticia, pero ¿qué nos podéis decir de las condiciones laborales en este nuevo panorama?

M.S.: Más trabajo sí lo hay, pero tenemos que tener mucho cuidado con las condiciones laborales y la pérdida del talento.

L.I.: Las grandes producciones se pelean por reunir equipos eficientes. En Canarias, por ejemplo, hay lista de espera porque profesionales y técnicos no dan abasto. Pero hay que tener cuidado con convertir España en set de rodaje internacional a cualquier precio. Si no se tiene en cuenta el talento, la participación de nuestras y nuestros creadores audiovisuales, estamos yendo hacia atrás en la cadena de valor del talento español, en la proyección de futuro.

M.S.: Nos estamos convirtiendo en un plató internacional. Pero esto puede ser temporal. Si dentro de tres años las condiciones favorables no se dan, se irán a otro país. El conflicto con la Ley de Comunicación Audiovisual tiene que ver con esto, con la identidad, con cuidar el talento, nuestras historias, nuestro idioma y nuestras producciones.

Ahora se ha aumentado el presupuesto de las ayudas al cine pero sigue siendo muy insuficiente y todavía estamos muy lejos de equipararnos a Italia o Francia. El hecho de no tener un sistema de incentivos desarrollado nos hace más dependientes de las ayudas.

C&T: Respecto a la Ley del Cine y la Ley General de Comunicación Audiovisual,. ¿Qué alegaciones habéis hecho?

M.S.: En la Ley General de Comunicación Audiovisual estábamos aliados con los productores españoles, sobre todo porque es una Directiva que se transpone de Europa para defender la producción independiente.

L.I.: De hecho, Europa ha pedido al gobierno español que defina qué es un ‘productor independiente’ y la respuesta es comprometida.

M.S.: En la Ley de Cine hicimos una alegación muy importante que fue poner en valor las profesiones dentro de la ley. Hicimos un listado de definiciones exactas y qué puestos son creativos, qué puestos son técnicos, ya que creemos que es un matiz importante.

Otro punto importante que hemos detectado es la desigualdad territorial. Queremos que la Ley de Cine proteja a los territorios porque se habla mucho de la desigualdad de género pero hay una desigualdad terrorífica entre Comunidades Autónomas que apuestan por su cine y las que no.

C&T: ¿De qué logros estáis más orgullosos?

L.I.: Nuestro primer gran logro fue ser los impulsores de un manifiesto por un pacto de estado por la Cultura. Conseguimos reunir a 400 asociaciones, entre federaciones del audiovisual, la música y artes escénicas. Reivindicamos la Cultura como bien esencial (lo que se consiguió) y que sumando un PIB del 3,2% se aplicara ese porcentaje del fondo de recuperación europeo para un sector tan dañado por la pandemia.

Se pidió la creación de una mesa interministerial para el Estatuto del Artista y los problemas del sector. Fuimos los impulsores de ese manifiesto, firmado masivamente, pero el logro fue mérito de todos. Llegó al ministerio y tuvo repercusión en prensa.

M.S.: La mesa interministerial ha sido importantísima para reunirnos con Educación, Trabajo, Seguridad Social… También estamos orgullosos de conseguir la ampliación de las medidas urgentes en pandemia, contemplando a los trabajadores de la Cultura. Eso fue increíble porque realmente ahí es donde se empezaron a ver los flecos de todo lo que estamos viendo.

Recientemente, en la Reforma Laboral el contrato por obra estaba penalizado, por lo que hubo un trabajo de todos, no solamente de Alianza Audiovisual, de modo que en un mes hubo un anteproyecto donde se incluía a todos los trabajadores de la cultura en el Régimen de Artistas, volviéndose a incluir el contrato por obra, ya que no puede ser de otra manera en nuestro sector.